Consejos para evitar el estrés en el aeropuerto
Nunca faltan los comentarios pesimistas sobre caídas de aviones –prácticamente imposible que suceda–. Esto, sumado a todo el protocolo aeroportuario, puede dar como resultado un manojo de nervios. Pero que no cunda el pánico diría el Chavo, con un poquito de organización puede ser más sencillo que subirse a una calesita.
¡Llegó el día, a volar!
¿Cómo llego al aeropuerto?
Generalmente los aeropuertos se encuentran alejados del centro de las ciudades, por lo que arribar a ellos toma tiempo. Sin embargo, que estén lejos no significa que sea dificultoso llegar.
Son pocas las situaciones donde el transporte público no llega a las terminales aéreas. Consultá en internet o en alguna oficina de turismo, siempre hay un bus que haga el recorrido al aeropuerto. Otras veces suele haber un servicio especial directo, quizás más caro que un boleto normal, pero más económico que un taxi o Uber.
Se recomienda presentarse en el counter de la aerolínea entre dos o tres horas antes de la hora del vuelo que figura en el pasaje. Pero tranquila/o, si llegas una hora y media antes no pasa nada, no vas a perder el vuelo. Tendrás que apurarte en realizar el check in – si es que todavía no lo hiciste de forma online – y registrar las valijas para ir a la puerta de embarque correspondiente.
No desesperes, por lo general, la puerta de embarque cierra entre quince y veinte minutos antes del despegue. Eso sí, llegar tarde puede ser engorroso en los grandes aeropuertos, las distancias son kilométricas.
El check in en criollo es dar el presente a la aerolínea, es el registro formal para volar. En este momento es donde nos asignan el asiento -si no fue elegido previamente- y se confirma el horario del vuelo –el cual puede cambiar en el último momento-. Luego nos van a entregar el pase de abordar.
Para ahorrar tiempo y tener una buena ubicación, recomiendo realizarlo online 24 horas antes del despegue desde el sito web de la aerolínea. Probablemente debas imprimir el pase de abordar para presentarlo antes de subirte al avión, algunas aerolíneas permiten que lo presentes digital.
Lo que continúa previo a subir al avión son los controles de seguridad y migraciones – este último es solo si se viaja a otro país-.
¿Qué puedo llevar?
A la hora de entrar en la zona de control nos van a pedir el bording pass junto con el documento de identidad (DNI o Pasaporte). Aquí revisan y quitan todos los elementos que no deben ir en la cabina del avión. Si tienes alguno de ellos no te preocupes, solo te preguntarán qué es y si creen que es peligroso te lo quitarán, sin más historia ni multa (siempre que no sea algo ilegal).
En la cabina se puede llevar comida sólida, cámaras de fotos, celulares, computadoras y secador de pelo. Está permitido transportar alicates de uñas, esmaltes y quita esmalte menor a 100 ml.
Remedios líquidos con receta médica superiores a 100 ml están autorizados. Y todo tipo de líquido no inflamable menor a 100 ml.
Para los amantes del mate (¡acá una!) la yerba está permitida, quizá en otros países debas explicar qué es. A mi me funciona siempre decir que es lo que toma Messi o el Papa 😜
Todo lo demás debe ir en bodega, a excepción de armas de fuego, sustancias químicas e inflamables que están terminantemente prohibidas. Si hay alguna duda, recomiendo mandarlo a bodega.
¿Cuánto peso puedo llevar?
Para no demorar en el mostrador, o tener que dejar artículos antes de abordar, es mejor chequear esta información con nuestra aerolínea.
Cada empresa tiene su propia política en cuanto al equipaje permitido, tanto el de bodega como el de cabina. Generalmente, si el vuelo no es de una compañía low cost lo permitido suele ser un bulto de 23 kilos en bodega y 10 kilos en cabina. A lo que lleves en cabina probablemente le puedas anexar una cartera o mochila pequeña, un porta-laptop y/o un estuche de cámara.
En cambio, si el vuelo es low cost, el equipaje –en cabina o bodega- se factura aparte. Las empresas autorizan sólo una cartera o mochila pequeña no mayor a 5 kilos. Si nuestro bulto supera lo permitido, lo conveniente es comprar una maleta extra. Mejor hacerlo treinta y seis horas antes del vuelo mediante el sitio web de la aerolínea, por mostrador el precio es mayor.
Larga espera, siesta al paso
Muchas veces sucede que los vuelos parten o arriban a altas horas de la madrugada, o que la escala es de varias horas. No desesperes, no salgas o llegues de noche al aeropuerto. Estos sitios adentro son seguros, y suelen estar acondicionados para estas situaciones por unas horas – o noche- de espera.
Además, si sos cliente de una tarjeta de crédito, es probable que tengas la opción de ingresar a la sala VIP del aeropuerto, abasteciéndote de bebida, comida y ducha.
Es una apreciación personal, pero la defiendo a muerte: los aeropuertos son divertidos. Aunque a veces las largas esperas los quieran hacer aparentar lo contrario.
Las horas en la antesala de nuestras vacaciones pueden ser de lo más productivas; un buen libro y unos mates es una buena opción. La mayoría de los aeropuertos tienen Wi-Fi libre, en ocasiones por un tiempo determinado o, pagando un precio moderado, podemos acceder a una red mejor.
Ya con todo listo y organizado, es hora de despegar.
¡Buen viaje!
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